A veces es cosquilleo y taquicardia, otras, un sentimiento profundo transformado en promesa de vida. Las mentes etéreas no pueden describirlo, y las científicas lo reducen a un conjunto de reacciones bioquímicas. En realidad, ¿qué es el amor?
Los comunes y simples mortales nos debatimos entre los extremos. No es fácil hablar del amor después que tanto se ha dicho y escrito sobre él. Lo que sí es cierto es que todos nos hemos sentido "enamorados" alguna vez, y podemos asegurar que el amor es el más universal de todos los sentimientos e inspirador de atrevidas hazañas. Literatura, música, pintura, poesía y artes en general, son todas expresiones del amor.
En su sentido más lato, el amor es "la pasión que atrae un sexo hacia otro", pero como sabemos, no todo amor es de pareja, y no toda pareja es heterosexual. En todo caso, prácticamente se ha convenido en "que el amor es uno de los más poderosos motores de las cosas humanas" (Transformaciones y símbolos de la libido, Carl Jung). Cualquier actitud, pensamiento, conducta, acción, expresión o característica que se relacione con el ser humano, parece imposible desligarla de "eso" que llamamos amor, asegura el doctor Guillermo Feo García, médico psiquiatra, director de CENAIF, Centro de Investigación y Formación en Gestalt, quien ha disertado y escrito ampliamente sobre el tema amoroso.
El doctor Guillermo Feo es cuidadoso al explicarnos que, "más que amor", de lo que se trata es de la "capacidad de amar". Y aunque parezca letra de bolero, asegura que es un proceso de desarrollo personal en el transcurso de la existencia de cada uno de nosotros, lo que nos va a dar esa capacidad de amar; capacidad de establecer una serie de intercambios o transacciones afectivas con los otros, con el mundo, con la pareja...
"El amor no es otra cosa que un proceso de interrelación, caracterizado por un profundo respeto a las diferencias. A partir de esas diferencias que tengo con esa persona que es sujeto de mi amor, establezco un dar y recibir que me conduce a una relación sana...". Y prosigue el doctor Feo: "El amor tiene que ver con nuestras vivencias y nuestro proceso personal, desde niños. Para amar en sanidad debemos entender que el amor no está fuera de nosotros, en las otras personas o cosas. Nace dentro de nosotros, enmarcado por lo que hemos vivido y está condicionado definitivamente por nuestras experiencias...". La capacidad de amar conlleva, inevitablemente, al amor, sentencia el especialista.
Cuando amamos, pareciera que podemos encontrarnos con dos vías posibles. La del amor sano, respetuoso del otro y sustentado más en "te necesito porque te amo", que en "te amo porque te necesito". De acuerdo con las explicaciones del psiquiatra Guillermo Feo, amar sobre la base de necesidades o carencias es el camino que nos conduce a un amor neurótico.
Y detalla: "Lo más común es que uno busque una relación para suplir aquellas cosas en las que uno siente que tiene carencias. Por ejemplo, si yo tengo un problema de autoestima y creo que valgo poco como persona, entonces necesito y busco una pareja que me haga sentir que yo valgo mucho". Así, desde
la neurosis, establecemos relaciones para suplir necesidades y nos planteamos expectativas irrealizables, que nos conducen a un tormento que, muchas veces, somos capaces de "aguantar" toda una vida.
Es así, también, como "amamos" a una persona con el alma, pero si nos deja, "automáticamente" cambia nuestro amor y se convierte en ira, dolor, rabia, aversión. ¿Por qué? Porque ese amor no estaba sustentado en una relación sana, y sí, en una relación neurótica en la que "el otro nos falló".
Es la perversión de la relación neurótica, insiste el doctor Feo. Se establece una relación polar, de poderes, donde uno es quien comanda y el otro es comandado. Ambos pretendiendo, desde su posición, que sean satisfechas sólo sus necesidades. Lo más grave es que el común de las relaciones humanas está enmarcado dentro de la tendencia neurótica, lo que aplica a toda la gama de relaciones afectivas, incluyendo hijos, padres, amigos... Y desde que el mundo es mundo, así lo describen canciones y grandes obras como Otelo, Romeo y Julieta, y tantas otras.
¿Qué debemos hacer los seres humanos? ¿Buscar insistentemente el amor, o esperar a que llegue con el tiempo? Nuestro interlocutor es categórico. Ninguna de las dos cosas es sana; o si preferimos, ambas actitudes son neuróticas. El doctor Feo asegura que esto del amor debemos verlo como cualquiera otra de nuestras necesidades vitales: dormir, comer, ir al baño. Son cosas que llegan, sin buscarlas, sin esperarlas. Lo que sí parece claro es que es muy complejo establecer una interrelación sana, porque estamos predefinidos socioculturalmente para vivir el amor de una forma desgarrada y dolorosa. Muchas veces le tememos al amor porque de antemano pensamos en la pérdida, en el abandono. Amar es sufrir, aseguran algunos. Y pensar que, como afirma el doctor, amar sanamente es amar y vivir sin angustias.
¿Qué podemos hacer para corregir nuestros prejuicios y llegar a la vía del amor sano? Según Feo, se trata de un camino largo y difícil, que no imposible. Pero implica el estar dispuestos a reaprendernos y reconocernos nuevamente, para cambiar patrones.
via eluniversal.com
En su sentido más lato, el amor es "la pasión que atrae un sexo hacia otro", pero como sabemos, no todo amor es de pareja, y no toda pareja es heterosexual. En todo caso, prácticamente se ha convenido en "que el amor es uno de los más poderosos motores de las cosas humanas" (Transformaciones y símbolos de la libido, Carl Jung). Cualquier actitud, pensamiento, conducta, acción, expresión o característica que se relacione con el ser humano, parece imposible desligarla de "eso" que llamamos amor, asegura el doctor Guillermo Feo García, médico psiquiatra, director de CENAIF, Centro de Investigación y Formación en Gestalt, quien ha disertado y escrito ampliamente sobre el tema amoroso.
El doctor Guillermo Feo es cuidadoso al explicarnos que, "más que amor", de lo que se trata es de la "capacidad de amar". Y aunque parezca letra de bolero, asegura que es un proceso de desarrollo personal en el transcurso de la existencia de cada uno de nosotros, lo que nos va a dar esa capacidad de amar; capacidad de establecer una serie de intercambios o transacciones afectivas con los otros, con el mundo, con la pareja...
"El amor no es otra cosa que un proceso de interrelación, caracterizado por un profundo respeto a las diferencias. A partir de esas diferencias que tengo con esa persona que es sujeto de mi amor, establezco un dar y recibir que me conduce a una relación sana...". Y prosigue el doctor Feo: "El amor tiene que ver con nuestras vivencias y nuestro proceso personal, desde niños. Para amar en sanidad debemos entender que el amor no está fuera de nosotros, en las otras personas o cosas. Nace dentro de nosotros, enmarcado por lo que hemos vivido y está condicionado definitivamente por nuestras experiencias...". La capacidad de amar conlleva, inevitablemente, al amor, sentencia el especialista.
Cuando amamos, pareciera que podemos encontrarnos con dos vías posibles. La del amor sano, respetuoso del otro y sustentado más en "te necesito porque te amo", que en "te amo porque te necesito". De acuerdo con las explicaciones del psiquiatra Guillermo Feo, amar sobre la base de necesidades o carencias es el camino que nos conduce a un amor neurótico.
Y detalla: "Lo más común es que uno busque una relación para suplir aquellas cosas en las que uno siente que tiene carencias. Por ejemplo, si yo tengo un problema de autoestima y creo que valgo poco como persona, entonces necesito y busco una pareja que me haga sentir que yo valgo mucho". Así, desde
la neurosis, establecemos relaciones para suplir necesidades y nos planteamos expectativas irrealizables, que nos conducen a un tormento que, muchas veces, somos capaces de "aguantar" toda una vida.
Es así, también, como "amamos" a una persona con el alma, pero si nos deja, "automáticamente" cambia nuestro amor y se convierte en ira, dolor, rabia, aversión. ¿Por qué? Porque ese amor no estaba sustentado en una relación sana, y sí, en una relación neurótica en la que "el otro nos falló".
Es la perversión de la relación neurótica, insiste el doctor Feo. Se establece una relación polar, de poderes, donde uno es quien comanda y el otro es comandado. Ambos pretendiendo, desde su posición, que sean satisfechas sólo sus necesidades. Lo más grave es que el común de las relaciones humanas está enmarcado dentro de la tendencia neurótica, lo que aplica a toda la gama de relaciones afectivas, incluyendo hijos, padres, amigos... Y desde que el mundo es mundo, así lo describen canciones y grandes obras como Otelo, Romeo y Julieta, y tantas otras.
¿Qué debemos hacer los seres humanos? ¿Buscar insistentemente el amor, o esperar a que llegue con el tiempo? Nuestro interlocutor es categórico. Ninguna de las dos cosas es sana; o si preferimos, ambas actitudes son neuróticas. El doctor Feo asegura que esto del amor debemos verlo como cualquiera otra de nuestras necesidades vitales: dormir, comer, ir al baño. Son cosas que llegan, sin buscarlas, sin esperarlas. Lo que sí parece claro es que es muy complejo establecer una interrelación sana, porque estamos predefinidos socioculturalmente para vivir el amor de una forma desgarrada y dolorosa. Muchas veces le tememos al amor porque de antemano pensamos en la pérdida, en el abandono. Amar es sufrir, aseguran algunos. Y pensar que, como afirma el doctor, amar sanamente es amar y vivir sin angustias.
¿Qué podemos hacer para corregir nuestros prejuicios y llegar a la vía del amor sano? Según Feo, se trata de un camino largo y difícil, que no imposible. Pero implica el estar dispuestos a reaprendernos y reconocernos nuevamente, para cambiar patrones.
via eluniversal.com